Ser feliz

 

¿Qué es eso de la felicidad? ¿sabes lo que te hace feliz? Nos han vendido que para ser feliz hay que tener un coche modelo “x”, una casa de dos plantas al menos con parcela independiente y piscina a ser posible, un nivel de vida de alto standing donde te inviten a fiestas de personas influyentes, pertenecer a un selecto club de padel o de fútbol y además asistir a todos los partidos de los domingos por la tarde, por eso de socializar y ser parte de la tribu…, pero todo esto no sirve para llenar el vacío existencial cuando vuelves a la soledad de tu casa, porque todo es fachada y por dentro la casa está vacía.

Nos han convencido de que para ser feliz hay que dejarse arrastrar por unos cánones de belleza, hay que seguir unos patrones de conducta determinados, que serás feliz cuando consigas ponerte unos tejanos de la talla 38, por eso de dar una imagen que corresponda con lo que se espera de ti en un mundo tan encapsulado y preformado. Podría escribir una larga lista de exigencias que nos asfixian…, pero la felicidad es algo mucho más simple que todo eso, y bastante más fácil de conseguir.

La felicidad está en las pequeñas cosas. ¿Te has parado a ver cuánto de lo que hay a tu alrededor te proporciona alegría? La cama donde has dormido, el café que te tomas por la mañana, el agua caliente de la ducha, la sonrisa de tu pareja al despertar, la alegría de tus hijos buscando tu atención, los whatsapps que te han enviado tus amigos, el trabajo que desempeñas y con el que puedes hacer tu aportación a los demás. Todo es importante, hasta lo que en apariencia es más insignificante… un libro que te has leído y aún recuerdas, el silencio que te envuelve al final del día.

La felicidad es aprender a apreciar las circunstancias que te rodean, sean las que sean. Aprender a querer y aceptar lo que te sucede, a verlo con objetividad y con amor, desde la confianza de que todo lo que te ocurre es por tu propio bienestar, tu aprendizaje y tu evolución.

La felicidad es un compromiso que haces contigo y te comprometes a confiar en que la magia de la vida te traerá las personas y situaciones que necesitas vivir. Y disfrutar de esos pequeños momentos con los demás. Es prestar ayuda cuando te la piden y ver la cara de la persona a la que estás ayudando. Es poner el oído y coger de la mano a alguien que necesita que simplemente la escuchen. Es mirar a los ojos y ver el corazón del otro abriéndose ante ti, la fragilidad y vulnerabilidad pero también la fuerza y la energía que desprende.

Para ser feliz solo hay que parar y mirar la realidad que te rodea en el momento presente y apreciar lo que hay sin juzgar. La felicidad es estar ahí para el mundo y entregar un poquito de ti... y entonces el mundo te dará infinidad de sorpresas.