Demasiadas prohibiciones

¿Por qué hay que prohibirlo todo? ¿no sería mejor educar en la actitud adecuada?

Desde aquí me gustaría hacer una llamada de atención porque cada vez hay más restricciones de movilidad, de actuación, de pensamiento. Y sinceramente me preocupa tanta limitación, porque no creo que esté dando los resultados deseados.

La gente está desquiciada y con tanta prohibición lo único que se consigue es que aumente la obsesión en aquello que se prohíbe, porque lo prohibido atrae y llama poderosamente la atención. Por eso hay tantos casos de personas obsesionadas con el sexo, las drogas, con otras personas, con los videojuegos…

Se consume demasiada pornografía como resultado de haber vivido represiones durante años, por considerar la sexualidad como algo sucio y feo cuando es todo lo contrario, es lo que da la vida, es un acto de amor. ¿Por qué no considerarla algo natural?

Se imponen órdenes de alejamiento a personas que consideran que la otra persona les pertenece y pueden ejercer un control sobre ella. Y eso no es así, nadie es dueño de nadie ni tiene derecho a controlar a otro ser humano. ¡Cuánta ansia de poder! Vamos a acabar con todo si seguimos así.

Lo último en cuanto a restricciones tiene que ver con regular, limitar, e incluso prohibir, el acceso a parques nacionales, valles y otras zonas montañosas para evitar la masificación y los restos de basura que cada vez se encuentran más a menudo.

Pero ¿qué nos pasa? ¿No podemos cuidar el mundo tal y como lo conocemos y respetar la naturaleza como fuente de vida que es? ¡Cuánta ausencia de civismo!

Si vamos dejando un reguero de basura a nuestro paso por donde pisamos, es basura lo que vamos a recibir a cambio. No puede ser de otra manera, así es la Ley de Causa y Efecto. Qué pena ir a la montaña y encontrar latas de coca-cola y plásticos por demasiados rincones, pañuelos de papel...

¡Cuánta falta de respeto y educación! Ve a la montaña y disfruta de ella… pero llévate tu basura contigo, al contenedor más cercano, a tu casa si hace falta.

Porque por gente inconsciente al final se toman medidas para prohibir el acceso a los demás.

Yo quiero seguir disfrutando de las vistas desde el pico más alto de una montaña y contemplar la profundidad de los valles desde ahí. Quiero observar el trayecto de las águilas mientras vuelan sobre mi cabeza, encontrar de repente un rebaño de vacas pastando tranquilas con sus terneros, oír el silbido de las marmotas llamando mi atención al tiempo que vigilan mis movimientos.

Y no quiero dejar de hacerlo porque por culpa de algunos descerebrados se me prohíba o limite el acceso.

Sería mejor educar en el respeto hacia cualquier ser vivo ya sea persona o animal, y en el cuidado de lo personal, pero sobre todo, de lo que no es nuestro pero que está ahí para nuestro disfrute. Sin embargo, gracias a nuestro comportamiento extralimitado, cada vez existen más prohibiciones.

Y cuando se incumple ese código de comportamiento, ¿por qué no se obliga a la reparación del daño? De alguna manera hay que hacer ver a la gente cuándo no están teniendo un comportamiento ejemplar.