A partir de un libro...

 

Cualquier libro que decides leer añade algo nuevo a tu vida. De hecho, lo eliges por algún motivo, o quizá es el libro el que te elige a ti y llega a tus manos de una forma inesperada, a través de un programa de radio, un anuncio de televisión o por medio de un amigo que te aconseja un título que te puede interesar. Al final resulta que cuando estás buscando, encuentras.

Hay montones de razones para escoger un libro y no otro…, para aprender y profundizar sobre un tema concreto por ejemplo o por entretenimiento tal vez, por aburrimiento. Y lo escogemos también dependiendo de nuestro estado de ánimo o para explorar nuevas sensaciones, nuestra reacción al miedo o jugar con nuestra capacidad de detective. Cada uno tiene sus motivos y su propio ritmo. Lo que considero interesante es ir variando los registros, a fin de no saturarse demasiado sobre la misma temática.

“Alguien como tú” es el título del último libro que he leído. Justo lo elegí por cambiar de registro y disfrutar de una lectura más refrescante que las que suelo llevar entre manos. Realmente no tenía ninguna expectativa, pero a veces los libros simplemente te sorprenden, o te dejan con alguna idea ronroneando la cabeza. Y éste me ha dejado pensando en dos cosas que no quiero olvidar.

En primer lugar, cuánto hay dentro de cada uno de nosotros que nos guardamos en lugar de comunicarlo, y después a veces es demasiado tarde. Cuántas veces preferimos callar y guardar los sentimientos para una mejor ocasión… y no te das cuenta de que ésta es la ocasión perfecta, quizá no habrá otra mejor y a veces perdemos la oportunidad de decir algo esperando un momento más apropiado que nunca llega.

Me parece necesario propiciar los encuentros y buscar la manera de hablar, en lugar de esperar demasiado tiempo para decir algo que llevamos dentro porque dejarlo guardado no sirve para nada más que quedarse rumiando estancado en algo, atascado, enganchado y sin avanzar. La otra persona no sabe lo que sientes si no lo expresas, pero aunque no haya palabras de por medio, percibe que algo te sucede, tu lenguaje corporal habla por sí solo, hay señales que no se pueden esconder por mucho entrenamiento, señales muy sutiles que alcanzan a cualquier interlocutor que preste un mínimo de atención. Guardamos en nuestro disco duro mental situaciones sin resolver y que recuerdas cada vez que te encuentras con esa persona, pero a lo que no das salida para no enfrentarte a tu realidad y a tus sentimientos, creyendo que así evitas el dolor. ¿Cuánta gente vive con esta carga que con el paso del tiempo se transforma en enfermedades por emociones mal gestionadas?.

Es urgente pararte a ver qué pasa por dentro de tu cuerpo, escuchar esas sensaciones que te incomodan, analizarlas y tratar de encontrar la manera y el momento de exteriorizarlas. Y es necesario tomar acción una vez hayas llegado a tener claridad mental.

En segundo lugar, cuánto miedo nos da el cambio y nos quedamos aferrados a personas y otros objetos que nos perjudican, echando a perder la vida, dejando atrás sueños y deseos incumplidos, truncados. ¿Por qué hay que renunciar a los sueños de uno?. Creo que muchas veces funcionamos por la vida de una forma tan inconsciente que nos lleva a situaciones de las que es difícil salir un tiempo más tarde. En otras ocasiones, con el tiempo, te haces consciente de la realidad que estás viviendo. Eso no quiere decir que sea más fácil el camino hacia la salida pero ah!, ya tienes más claro dónde estás y a qué tienes que enfrentarte.