Nos acompañan algunos momentos de soledad, esos provocados por la distancia social impuesta, como consecuencia de este confinamiento, pero que, por supuesto, no implica sentirse solo. La soledad se puede experimentar de muchas formas y en numerosas circunstancias, pero no tiene por qué ser algo negativo.
Vivir la soledad es encontrarte contigo mismo, lo cual es bastante diferente a sentir soledad. Cuando te sientes solo, puedes tener sensación de angustia, de poca valía, pero esta es una actitud mental de bloqueo que no te permite darte cuenta de la realidad ni de la cantidad de personas a tu alrededor que te aprecian. Esta sensación de soledad provoca una gran tristeza y se puede sentir incluso estando en buena compañía o con uno grupo de amigos.
Por el contrario, aquí me refiero a la soledad que te obliga a enfrentarte a ti mismo, a tus miedos, a tus deseos, a tus anhelos e inquietudes. Es una soledad de conexión contigo, con tu propia esencia, con tu ser más profundo y auténtico y que te regala momentos de paz interior y plenitud.
A través de espacios de soledad descubres quién eres en realidad, tu auténtico yo, sin máscaras y sin disfraz. La soledad te reajusta tus valores y principios. Te hace cuestionarlos, a fin de introducir los cambios que necesites aplicar en tu forma de relación con el mundo.
En la soledad sientes tus miedos más profundos, esos que pocas personas conocen de ti, a veces incluso que ni tú mismo sabes que existen. También descubres tus puntos fuertes, esos que definen tus relaciones personales y la relación contigo mismo, los que te impulsan en una dirección y no en otra.
Hazte amigo de tu soledad, de esa compañera que no te defrauda y que siempre te recuerda aquellas decisiones que tomaste y te hicieron sentir en paz, pero también las decisiones que te llevaron por sendas inesperadas y con ciertas dificultades.
La soledad te conecta con el instante en el que te encuentras y con tu sabiduría interior, para que tomes consciencia de la verdad de tu realidad y arranques a brillar como la luz que eres. Dedica unos minutos al día a establecer esa conexión contigo y descubre hacia dónde dirigirte.
Amiga Asun lo hemos hablado veces .
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo ni en desacuerdo contigo.
Pero la soledad para mí es malísima .
La vivo constante día a día.
Y lo que dices que miras tu interior y te descubres como eres para impulsarte y brillar en todo ti ser tu esplendor.
No se cómo hay que hacerlo como buscarlo, que hacer. Llevo años intentándolo.
A lo mejor aún no he llegado no veo mis señales pero uno ya está cansado de no ver lo que a lo mejor los demás ven en el.
Por lo demás un buen artículo.
UN ABRAZO FUERTE
Querido amigo. La soledad te lleva a la reflexión sobre tu situación actual, tienes que detenerte ahí y mirar qué es lo que ves, tanto si te gusta como si no, debes hacerlo para ser consciente del momento de tu vida en el que estás, y a partir de ahí, decidir qué quieres cambiar y hacia dónde quieres ir. Para ver las señales tienes que estar en conexión con el fluir de la vida y confiar en que todo lo que te ocurre es por tu bienestar. Practica meditación y técnicas de atención plena, mira a tu alrededor y presta atención a todo lo que ves, con curiosidad. No desesperes, irás viendo cambios poco a poco. Un abrazo.
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