Un poco de normalidad

 


En la medida de lo posible, necesitamos un poco de normalidad en nuestras vidas, cosa que no va a ser posible del todo, porque la vuelta a la normalidad tal y como la hemos conocido hasta ahora ha dejado de existir. Se ha sustituido por otra realidad cada vez más controlada, nos quieren imponer una nueva forma de vida y, de hecho, ya lo están haciendo. Me parece increíble ver hasta qué punto vamos sufriendo la supresión de nuestras libertades más básicas y nuestras necesidades. Y algo más deberíamos hacer ante tal intromisión en nuestras vidas. Esto es un auténtico saqueo.

Ayer escuché a un consejero en un programa de televisión afirmar que debemos dejar a un lado las relaciones sociales no necesarias. ¿Y esas cuáles son? Porque, a mi entender, las relaciones sociales son siempre necesarias, somos animales sociales y es vital para nuestro desarrollo mental y emocional el poder relacionarnos con los demás. ¿Acaso esto ha cambiado?

Es decir, nos limitan las relaciones personales, establecer contacto cercano con amigos y familiares, todo tiene que estar muy controlado en cuanto a no sobrepasar el número de personas juntas, distancia de seguridad, etc. Pero a trabajar hay que ir sí o sí, aunque ello suponga una sobre-exposición falsamente controlada del bicho. Porque el riego existe claro está.

Es cierto que hay que poner barreras al campo para que esto no se nos vuelva a ir de las manos, pero es que tan arriesgado es ir a trabajar como quedar con un amigo o ir al gimnasio, lo que ocurre es que lo primero es lo que mueve el país y es primordial… de acuerdo, hay que trabajar porque hay que comer.

Pero no debemos olvidar que lo segundo también es primordial, porque de mantener una vida social activa depende nuestro equilibrio emocional y mental, esto es, que no se nos pueda ir la cabeza en algún momento puntual y cometer un disparate, como tantos y tantos casos se oyen a diario de maltrato, abuso y homicidio.

Las relaciones sociales son básicas para nuestro crecimiento, en todos los ámbitos y sin excepción, y tenemos que aprender a relacionarnos. El aislamiento solo causa depresión y sufrimiento, así como la ausencia de habilidades para moverse por el mundo con libertad y confianza. Ya hemos pasado muchos meses de encierro, en estado de alarma y con la incertidumbre de no saber ni cómo ni cuándo podremos tener la sensación de vivir de nuevo. Y mientras este torbellino pasa… que pasará, es necesario seguir manteniendo un poco de normalidad en el día a día.

Por ello, creo sinceramente que es contraproducente cortar las relaciones sociales de cuajo, pero sí me parece coherente revisar cuál es nuestra forma de relacionarnos con los demás. Es vital trabajar en formas de relación saludables, eliminar personas tóxicas de nuestro entorno y fomentar la escucha activa, el respeto y la generosidad.




Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo!!!! Creo que quieren que no nos relacionemos y mantenernos con el miedo y la incertidubre.
    Sólo funciona lo que ellos quieren que funcione.
    Pero no niego que el bicho este ahi

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