Tú me encontraste...


me encontraste cuando hacía poco que te estaba buscando. Tú me elegiste mucho antes de que ni siquiera supiera de tu existencia. Pero, de alguna manera mágica que aún no consigo del todo comprender, apareciste en mi vida de una forma sorprendente y llena de aparentes casualidades.

Yo no sabía quién eras tú, pero estoy convencida de que llevabas tiempo buscando la forma de que te encontrara…

Desde el momento en que te quise en mi vida, sé que el universo comenzó a mover sus hilos, a poner su magia a nuestro servicio, provocando una serie de encuentros personales que me llevaron hasta ti.

Y cuando te vi por primera vez, supe que eras tú desde lo más profundo de mi ser. Hubo algo que me tocó el alma. Desde entonces ya nunca te has ido de mi cabeza ni por un segundo. Has venido a hacerme feliz, a compartir todos los momentos de tu vida conmigo… y con nadie más. Me siento tan afortunada de haberte encontrado...

Recuerdo ese primer encuentro con mucha alegría y expectación… eras tan bonita, con tu mirada dulce y serena, tratando en todo momento de captar mi atención, de conquistarme. Y lo conseguiste de una manera tan arrolladora… Fue un momento de conexión muy fuerte, y sé que siempre estarás a mi lado, dando lo mejor de ti hasta el final, sin crédito ni fianza.

Fiel compañera… te tengo que agradecer tantas cosas. Admiro tu fortaleza, tu energía, tu paciencia, tu alegría y tus muestras de cariño constantes. Me maravillo de tu aguante y saber estar en los momentos duros, que los ha habido, como cuando una tromba de agua nos sorprendió subiendo al puerto de Bujaruelo. Nos cobijamos debajo de los árboles, aunque fue un intento fallido… llovía demasiado. La lluvia empapaba todo tu cuerpo, el agua te resbalaba por las orejas formando hilos hasta el suelo cayendo sin cesar, en el suelo se habían formado pequeños ríos cada vez más caudalosos. Pero ahí te quedaste junto a mí, impasible, cabizbaja y soportando el temporal y el frío que se colaba por todas partes. Te veía temblando, tiritando a mi lado y no podía hacer nada por evitarlo. Y tú seguiste ahí, aguantando durante horas hasta que pudimos encontrar resguardo, sin protestar, sin una mala cara.

Pocas personas harían algo tan noble y valiente. Tu lealtad me fascina, tus pasos siempre pisan por encima de los míos… tengo claro que lo darás todo por mí. Ni siquiera yo, que tanto amor te tengo, llegaré a tener un espíritu tan puro como tú algún día.




Comentarios

  1. Respuestas
    1. Graciassss amigo mío. Encantada de que te guste lo que lee.

      Eliminar
  2. Me ha encantado. Tienes alma de poeta. Realmente precioso👏👏👏👏

    ResponderEliminar

Publicar un comentario