Cada mañana... al despertar


“Hoy la vida me está regalando otras 24 horas y las viviré manteniendo mi paz interior y mi equilibrio emocional. Me enfrentaré a mis miedos y me abro a las posibilidades de este día con valentía. Viviré el momento presente y estaré atenta a todas las señales para afrontar este día con serenidad y en conexión con mi ser y con el universo. Haré todo lo posible para abrirme a los demás con amor y empatía, y pelearé hasta el final en cualquier circunstancia. Cumpliré con mis propósitos y decido poner el foco en mi bienestar y en ser feliz. Y no me rendiré jamás”.

Cada mañana, al despertar, sin ni siquiera haber salido de la cama, me repito estas palabras en voz alta en un acto de amor a mí misma. Me ayudan a tener mi mente y mi cuerpo despiertos para apreciar lo que la vida me ofrece y hacer frente a los desafíos con calma y fortaleza. Y las repetiré una y otra vez durante el día, tantas veces como sea necesario, hasta que todo mi ser las interiorice y las tenga presentes.

Cuando empezamos un nuevo día, no tenemos ni idea de lo que sucederá ni de los retos a los que nos tendremos que enfrentar. Hay situaciones que probablemente ya sabemos que viviremos o, incluso, cómo las viviremos, pero otras se nos escapan de las manos porque la vida nos tiene preparadas muchas sorpresas… unas maravillosas… otras no tanto.

Todas esas sorpresas siempre traen consigo un mensaje, una enseñanza, y cuanto antes lo aprendamos, mejor nos irá en la vida. Por eso es tan importante estar preparado y tener herramientas para salir airoso y, si es posible y puestos a pedir, también victorioso de cualquier situación a resolver que nos suceda a lo largo del día.

Por eso, cada mañana hago este pequeño ritual. Te invito a que lo pruebes y compartas los cambios que experimentes en ti y a tu alrededor. Y si estás poniendo en práctica cualquier otra rutina que te funciona, por favor, comparte también. Como siempre… gracias.


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